La primera Copa está en casa. El Real Madrid, como era de esperarse, derrotó al campeón de la Europa League con la contundencia que caracteriza a un equipo con un arsenal ofensivo impresionante. Kylian Mbappé celebró su debut con la camiseta blanca anotando su primer gol, aunque quienes realmente deslumbraron fueron Vinicius, incontenible, y un impresionante Jude Bellingham, capaz de asumir la responsabilidad del juego del Madrid. La ‘BMV’ (Bellingham, Mbappé, Vinicius) ha llegado, y la temporada promete ser apasionante.
La actuación de Bellingham fue la respuesta a un problema que se intuía, pero que quedó claramente expuesto en la primera mitad del partido. Aunque el segundo tiempo fue brillante, el camino hasta llegar allí fue incierto. Ver a Mbappé con la camiseta blanca desde el calentamiento parecía casi irreal, un sueño largamente anhelado por el madridismo. Sin embargo, tan pronto como comenzó el partido, se notó la ausencia de Kroos, a pesar de que al principio, al ver a un rubio con el número 8 en la espalda, parecía que no importaba demasiado. Valverde formaba parte de un doble pivote junto a Tchouaméni, pero sin demasiado peso en el juego.
Un Real Madrid Incontenible: La Respuesta en el Segundo Tiempo
El Atalanta demostró ser un equipo firme y bien estructurado en el primer tiempo, presionando alto y mostrando su calidad, aunque no generaron muchas ocasiones claras. La oportunidad más peligrosa vino de un desvío que Militao dirigió hacia la escuadra de Courtois, una jugada que generó poco peligro para un equipo que controlaba el ritmo del partido sin ser abrumador. Sin embargo, la certeza de que el Real Madrid puede aplastar a cualquiera con un solo golpe siempre está presente.
Vinicius fue el salvador en un primer tiempo carente de fútbol, entregando tres balones extraordinarios que casi cambiaron el curso del partido. El primero fue un desmarque perfecto de Mbappé, una señal alentadora. El segundo fue un pase magistral a Bellingham, al más puro estilo Kroos. Y el tercero, justo antes del descanso, fue un control exquisito en la frontal que culminó en un pase que Rodrygo estrelló en el travesaño, una ocasión clarísima que casi asegura el primer gol del encuentro.
En la segunda mitad, Ancelotti tomó decisiones clave, como poner a calentar a Modric, Güler y Brahim. A pesar de un susto inicial con un cabezazo de Pasalic que casi abrió el marcador para el Atalanta, Courtois salvó la situación con una atajada espectacular. A partir de ahí, el Madrid se volvió más valiente y comenzó a desplegar su juego. Tchouaméni se incrustó entre los centrales, permitiendo que Bellingham asumiera el rol de arquitecto del juego, lo que cambió por completo la dinámica del partido.
El 1-0 llegó gracias a una jugada iniciada por Mendy, con un pase a Vinicius que se deshizo de su defensor con facilidad y asistió a Valverde para que este anotara. Este gol liberó al Madrid, que en los siguientes minutos pudo haber ampliado su ventaja con varias ocasiones generadas por Bellingham y Vinicius. Finalmente, Mbappé selló el 2-0 con un gol espectacular, liquidando el partido y asegurando el primer título de la temporada para el Real Madrid.
El Madrid impuso su lógica aplastante y conquistó el primer trofeo con una pegada descomunal. La temporada apenas comienza, pero las señales son claras: este equipo está preparado para dominar.