El Real Madrid ha dado un paso más en su lucha por sacar a la luz las irregularidades en el escándalo arbitral que involucra al FC Barcelona. Hoy, 4 de octubre, el club blanco ha solicitado a la justicia que incorpore de manera inmediata las recientes declaraciones de un alto dirigente culé que ha desatado polémica al admitir los pagos a José María Enríquez Negreira, ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.
Este hecho ha vuelto a avivar el debate sobre la relación entre el Barça y el arbitraje español, que se extiende por más de dos décadas.
El detonante de esta solicitud por parte del Real Madrid han sido las afirmaciones de Toni Freixa, exdirectivo del Barça, quien ha insinuado que el club blanco utiliza la “carta Negreira” en un momento en que el Barça está bien y el Madrid mal. Esta teoría ha sido aplaudida por muchos aficionados culés, pero resulta contradictoria considerando los últimos años del Barça, que acumula una sequía en la Champions League desde hace una década y no es el actual campeón de Europa ni de España.
Freixa, quien formó parte de la directiva azulgrana, reconoció públicamente que el Barça pagó a Negreira para obtener favores arbitrales, algo que ahora ha tratado de minimizar señalando al Madrid como si esto fuera una distracción. El madridismo, lejos de quedarse callado, agradece la sinceridad de Freixa, quien confirma lo que muchos ya sospechaban: los oscuros vínculos entre el Barça y el arbitraje. Sin embargo, sorprende el silencio de los socios culés, más preocupados por temas menores que por la gravedad de estas revelaciones.
