Hoy, la Champions League regresa al Santiago Bernabéu, y con ella, el orgullo y la responsabilidad de nuestro Real Madrid de defender su legado en Europa. Comienza una semana decisiva, una semana que determinará nuestra posición y aspiraciones en la temporada. El objetivo es claro: solo vale la victoria. Y esa misión arranca hoy, en la Champions, en nuestra casa, en nuestra competición.
No cabe duda de que el equipo no atraviesa su mejor momento. Las dudas han surgido, tanto en el rendimiento colectivo como en algunos aspectos individuales. Pero si hay un lugar donde el Real Madrid sabe transformarse, es en esta competición, en el escenario que domina como nadie.
La Champions League, esa competición que nos ha visto levantar la orejona en más ocasiones que cualquier otro club, nos ofrece la oportunidad perfecta para corregir el rumbo. Y no será fácil, el rival de esta noche es el actual subcampeón de Europa, un equipo que demostró su calidad la temporada pasada.
Pero si hay un sitio donde el Real Madrid es indomable, es el Bernabéu en noches europeas. Es aquí, ante nuestra afición, donde se han forjado las mayores gestas de la historia del fútbol, y hoy tenemos la oportunidad de escribir otra página gloriosa. La clave será recobrar la intensidad, mostrar personalidad y hacer sentir al rival la presión de enfrentarse al rey de Europa.
En definitiva, hoy no es solo un partido. Es una declaración de intenciones, un punto de inflexión en la temporada. Si hay un momento para demostrar de qué está hecho este equipo, es en la Champions y frente a un rival de altura. La grandeza del Real Madrid no se cuestiona, y hoy es el día perfecto para recordarle al mundo quiénes somos.