El FC Barcelona sigue acumulando reveses en su gestión deportiva y económica. Este viernes, el Juzgado Número 10 de lo Mercantil desestimó las medidas cautelares que el club había solicitado para inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor en LaLiga. Este golpe, que deja en evidencia las carencias del club en su manejo del Fair Play financiero, obliga a buscar alternativas urgentes para regularizar la situación antes de que los jugadores queden sin posibilidades de participar en el equipo.
El varapalo no solo evidencia las dificultades actuales del Barça, sino también la fragilidad de sus estrategias económicas. Aunque el club había confiado en el reciente acuerdo con Nike para justificar el incremento de su presupuesto, LaLiga rechazó el argumento, señalando que los ingresos se repartirán durante la duración del contrato y no tendrán impacto inmediato en el cumplimiento de las normativas financieras.
EL FRACASO DE LA ESTRATEGIA JUDICIAL Y LAS OPCIONES DESESPERADAS
Este resultado contrasta con el éxito que tuvo el Barça en el caso de Gavi, donde una medida cautelar permitió mantener al jugador inscrito. Sin embargo, el panorama actual es diferente: LaLiga ha endurecido su postura y la documentación adicional enviada por el club no fue suficiente para convencer al organismo.
Ahora, la atención se centra en el próximo lunes, cuando el Juzgado de Primera Instancia emitirá un fallo que podría agravar aún más la situación. En caso de otro rechazo judicial, el Barça no tendrá más remedio que recurrir a medidas extremas. Entre las opciones mencionadas están la venta de patrocinios, como los palcos del Spotify Camp Nou, o la polémica posibilidad de que los directivos avalen personalmente los fichajes, exponiendo aún más las grietas de una gestión que parece estar más orientada a apagar incendios que a planificar a largo plazo.
El caso refleja una verdad ineludible: el FC Barcelona está atrapado en una espiral de decisiones desesperadas que evidencian su incapacidad para equilibrar la gestión económica y deportiva. Esta nueva derrota judicial no solo retrasa la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor, sino que pone en entredicho la credibilidad de un club que, lejos de encontrar estabilidad, sigue sumido en el caos.