El FC Barcelona se llevó una victoria merecidísima en el último Clásico, dejando al Real Madrid con un amargo 0-4 en el Santiago Bernabéu. Sin duda, Carlo Ancelotti debe asumir la mayor parte de la responsabilidad por esta derrota que ha sacudido a toda la afición madridista.
El conjunto blanco mostró una nula eficacia tanto en ataque como en defensa, y lo que es peor, una gestión deportiva pobre por parte del técnico italiano que volvió a dejar serias dudas sobre su capacidad para llevar al equipo en los momentos clave.
La gestión de Ancelotti, en el punto de mira
La goleada sufrida no es solo un mal resultado, es una bofetada de realidad. El 0-4 no refleja del todo el dominio absoluto del Barça, que podría haber sido aún más contundente de haber aprovechado todas sus ocasiones. La afición se pregunta hasta cuándo seguirá Ancelotti en el banquillo tras estos repetidos fracasos en partidos de máxima exigencia. ¿Hasta cuándo seguiremos viendo a Lucas Vázquez como titular? Es una cuestión que no se puede evitar. De igual modo, Tchouaméni (o como irónicamente algunos empiezan a llamarle, “Chochomani”) sigue sin convencer como eje en el mediocampo blanco.
La sensación que deja esta derrota es que se ha llegado al límite de la paciencia. Los seguidores del Real Madrid esperan un cambio, una renovación urgente tanto en los planteamientos como en las decisiones tácticas. Ancelotti está bajo el escrutinio más severo, y la pregunta que resuena en el ambiente es clara: ¿Hasta cuándo se le permitirá seguir al mando?
El Real Madrid en la cuerda floja
Este Clásico deja más dudas que certezas para el Real Madrid. Las críticas a la falta de ambición y la nula capacidad de reacción fueron generalizadas, y la preocupación aumenta al ver que no se encuentra solución a corto plazo. Si no se toman decisiones contundentes, el Real Madrid podría estar encaminado a otra temporada de decepciones. El tiempo se agota, y lo que viene ahora es clave para el futuro del club.