En una noche gloriosa, donde el Real Madrid se consagra como Supercampeón de Europa, siempre es un buen momento para limpiar las percepciones erróneas que rondan por ahí. Y eso es precisamente lo que haremos en este artículo.
Dando un vistazo a la prensa del club independentista catalán, me encontré con un artículo de Jaume Marcet que merece ser analizado a fondo. Sus palabras sugieren una interpretación de los hechos que dista mucho de la realidad. Así que, pongamos las cosas en claro.
Marcet parece olvidar algunos puntos clave sobre el desempeño de Kylian Mbappé en este partido:
- Es el primer partido de la pretemporada de Mbappé. No podemos esperar que un jugador esté en su mejor forma en su primer encuentro tras un periodo de descanso.
- Viene de vacaciones. Su cuerpo y mente aún están ajustándose al ritmo competitivo.
- Está jugando su primera final europea con el club de sus sueños, ante su afición. Los nervios son naturales en un momento tan importante.
- Se enfrentaba al Atalanta, no al Mónaco con suplentes. Este es el único equipo que ha derrotado al Bayer Leverkusen de Xabi Alonso, con una defensa sólida e infranqueable. Aun así, vimos destellos de la velocidad de Mbappé, su capacidad para cargar la pierna rápidamente y su compromiso en el campo.
- Mbappé no es Messi. No es un jugador que se va a ir de 35 defensores. Además, no tuvo un centro del campo creativo que le surtiera de balones, lo que limitó sus oportunidades.
- A pesar de todo esto, Mbappé anotó en su primer partido y en una final europea. Recordemos que las finales se ganan, y eso es exactamente lo que hicieron Mbappé y el Real Madrid.
Es fácil caer en la crítica cuando se ignoran los contextos, pero los hechos hablan por sí solos. El Real Madrid y Mbappé demostraron una vez más por qué están en la cima del fútbol europeo.
